A más de treinta días del bloqueo de las actividades docentes en la Usac, lo que queda es expresar pesar porque nadie quiere ceder espacios en busqueda de soluciones viables que beneficien al estudiantado que es el verdadero objetivo de la única universidad estatal en Guatemala.
Ambos grupos, los estudiantes y las autoridades, se han enfrascado en dimes, diretes y amenazas mutuas que solo reflejan posturas inflexibles. Lo curioso del asunto es que las autoridades no ceden un centimetro ni siquiera para buscar soluciones mediante el dialogo, no obstante de que la Corte de Constitucionalidad ha dado cierto respaldo a los alumnos.
Rescientemente el Vicepresidente aceptó, con ciertas condiciones, mediar para buscar una salida decorosa al ya desgastante conflicto, que según mi parecer esta dejando ver los verdaderos intereses del Consejo Superior Universitario al no querer aceptar la participación de los estudiantes dentro del grupo rector de la Usac. Uno de los aspectos que dá precisamente la autonomía a la universidad es la participacion de los estudiantes mediante sus representantes en la toma de decisiones dentro del alma mater.
El estudiantado en General tambien carga con un poco de culpa en el largo período de suspension de labores, porque siendo ellos los principales beneficiados con el movimiento, debieron investigar y analizar adecuadamente los motivos del conflicto, aglutinarse en un grupo grande en apoyo a los EPA y presionar al CSU, logrando con ello minimizar la pérdida de tiempo, sentar un precedente de respeto a la autonomía universitaria y evitar los riesgos de una posible privatización.
Deben recordar tanto autoridades como estudiantes en general que es el pueblo quien paga, mediante sus arbitrios e impuestos, sus sueldos y salarios así como la posibilidad de estudiar a nivel universitario dandoles la oportunidad de una mejoría en el nivel social y económico al adquirir conocimientos cientificos, que primero deberían estar a disposicion de ese pueblo como una retribución a la oportunidad recibida.
