martes, 1 de noviembre de 2011

SEGUNDA VUELTA, PROCESO ELECTORAL 2,011

Para el próximo 6 de Noviembre esta programada la segunda vuelta el proceso electoral en Guatemala, los siete millones de empadronados solo tienen dos opciones, una que representa el ala conservadora radical y el militarismo de la sociedad y otra que tiene ciertos rasgos de un socialismo incipiente. Ambos candidatos han demostrado mediante sendos debates transmitidos por los medios, una calidad moral que no convence a los chapines, lamentablemente uno de estos dos personajes estará dirigiendo, a partir del 14 de enero de 2,012, los destinos del país desde el poder ejecutivo.

Históricamente se ha demostrado que durante la segunda vuelta de los procesos electorales anteriores, el porcentaje de abstención es mas elevado que durante la primera ronda. Este fenómeno tiene sus explicaciones y de algunas de ellas, la mas aceptada es, que esto se debe a que ya no hay elección de alcaldes y diputados, esto genera el desinterés de los votantes para acudir de nuevo a las urnas.

Sin embargo debido a la saturación de propaganda por todos los medios, los bochornosos espectaculos protagonizados por los candidatos en sus llamados "Foros Presidenciales", y otros condimentos adicionales que se suman a la decepción de los guatemaltecos; se estima que en esta segunda vuelta será mucho mas alto el abstencionismo.


Los chapines no tenemos mucho donde escoger sin embargo debemos acudir a las urnas para cumplir con una obligación moral, con uno de los compromisos dictados por la democracia, como lo es la de elegir. Esto también conlleva el derecho que obtenemos de exigir a quien resulte electo, de que cumpla con sus promesas pero especialmente con las obligaciones que el cargo le otorga.

Y si de exigir se trata, debemos también aplicar esta actitud a los demás candidatos que ya fueron electos como lo son los diputados y los alcaldes, pues ellos también adquieren obligaciones ante la sociedad.

Los guatemaltecos debemos constituirnos en fiscalizadores de los empleados y funcionarios públicos y exigir su correcto comportamiento y desempeño de sus funciones, de lo contrario y siguiendo los procesos adecuados exigir su remoción por incapacidad, negligencia, corrupción, etc.