miércoles, 2 de mayo de 2012

Ironía Presidencial.

El actual gobierno y como proyección social, organizó una visita de varios guatemaltecos a los hermanos chapines que viven en condiciones de pobreza y pobreza extrema en distintos puntos del país, la idea principal, según ellos, era la de que los visitantes vieran y vivieran muy de cerca las circunstancias en las que sobreviven muchas familias del área rural de Guatemala.

Es obvio que esto forma parte de un proyecto social y es necesario publicitarlo a los cuatro puntos cardinales del país y especialmente a nivel internacional por aquello de las ayudas provenientes de los países amigos que siempre colaboran con el pueblo guatemalteco.

Comparto en algunos puntos, muy pocos por cierto, la intención de la actividad, es bueno que los demás nos demos cuenta de las condiciones infrahumanas en las que viven muchos guatemaltecos, pues se espera poder crear conciencia social entre los visitantes y que se transmita hacia los demás y con esto poder buscar la formar de ayudar aunque sea un poco a aquellos que en realidad están mas necesitados que el resto.

Afortunadamente el guatemalteco, a pesar de los problemas económico-sociales que afronta, siempre se proyecta solidariamente hacia sus hermanos menos afortunados. Desde este punto de vista podría esperarse una reacción en cadena para ayudar y no sería extraño que esto se diera porque ya hemos comprobado que ante las tragedias provocadas por la naturaleza siempre ha habido manifestaciones tendientes a colaborar con los necesitados.

Pero la Ironía presidencial radica que mucho tiempo atrás el actual presidente también visito varios lugares especialmente del Quiché pero no precisamente para ayudar ni mucho menos para enviar un mensaje de solidaridad. Ya es por todos conocido este oscuro pasaje de la historia reciente del país y que no vale la pena recordarlo.

Esta vez el presidente visitó a una familia muy pobre y compartió parte de los alimentos que ellos a diario consumen para sobrevivir, incluso debió acomodarse para poder descansar en la humilde residencia. Claro que con todo el aparato humano de protección del que se disfruta al ocupar ese alto cargo de la administración pública.

Como me hubiese gustado poder estar dentro de la mente del presidente para darme cuenta de cuales eran sus pensamientos, si en algún momento comparó su visita de hoy con la de antes? Que pensaría al ver a todos esos campesinos iguales o casi iguales a los de su aventura de hace muchos años? Será que el presidente pudo conciliar el sueño en la incomodidad de la pobreza? Será que a esa noche se le puede llamar "Durmiendo con el enemigo"?.

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