Los guatemaltecos y las penas navideñas

Cada diciembre nos lleva a pasar por las tradicionales penas navideñas a todos los chapines, lamentablemente caemos en el juego del mercantilismo y en lugar de utilizar correcta y adecuadamente nuestro poco dinero, lo despilfarramos para éstas fechas y nuevamente iniciamos cada año con las preocupacicones por la falta de recursos.

Algunas de nuestras penas inician con la asistencia a los famosos y tradicionales convivios navideños que no son más que oportunidades para embriagarnos, el torear carros en ese tráfico que se pone pesado en éstas épocas, vigilar a las policías de tránsito para que no nos quiten parte del aguinaldo mediante las multas que tambien en diciembre salen por todos lados como por arte de magia, cuidarnos de los ladronotes que tambien se avivan a sabiendas de que nos han caido unos centavitos más y nos vigilan como el gato al ratón, hasta las mujeres (novias, esposas, suegras, "amiguitas", traidas, etc) se ponen abusadas y atacan fuertemente para obtener su parte de los ingresos de los muchachos y el problema está en que hay que hacernos los quites caballerosamente para no descuidar las relaciones, los vendedores tambien activan sus baterías para vendernos sus productos a precios extraordinarios (ofertas),  debemos tambien dejar un poco de platita para los útiles escolares de los patojos, y otro sin fin de penas y preocupaciones que nos atacan en diciembre.

Los personajes que ejercen el poder político tambien utilizan estas fechas para meterle goles al guatemalteco al crear disposiciones convenientes a ellos o a los grupos que los apoyan, y cuando el chapín vuelve del soport navideño y de fin de año, se encuentra con que nos han cambiando algunas reglas del juego y debemos adaptarnos al cambio sin mayores explicaciones.

Pero a pesar de todo lo anterior, éste período nos sustrae un poco de la rutina diaria y agobiante haciendonos pasar por momentos por demas agradables con los amigos, la familia, los vecinos, pero especialmente con los niños en general quienes son en realidad el verdadero grupo social que disfruta más de las fiestas de navidad y año nuevo.

Las trilladas recomendaciones que no se quedan más que en eso, son aquellas que pretenden privarnos de un poco de alegría, distracción y diversión, sin embargo no debemos estar del todo ajenos a ellas para que las fiestas transcurran en armonía y sobre todo que podamos iniciar el nuevo año en paz y completitos sin haber tenido necesidad de visitar algún centro asistencial o hasta un centro de reclusión preventiva

Y a propósito de palabras trilladas y reusadas que ya casi se dicen por inercia, y que sabemos perfectamente que en las condiciones en las que vivimos resultan rayando en lo ridículo, no se las repito; y solamente quiero desearles mucha paz y tranquilidad.