sábado, 30 de julio de 2011

El proceso electoral debe ser legal.

En nuestro país ya sabemos que las leyes no se aplican a todos por igual, generalmente una posición económica acomodada, permite que la ley sea desviada a conveniencia; también el ocupar determinados cargos públicos con cierto poder es determinante en el alcance de la ley.

Últimamente se ha estado haciendo énfasis en los aspectos legales y su cumplimiento dirigidos a determinados grupos, y está muy bien porque de eso se trata precisamente, la correcta observancia de las leyes. El problema es que determinados actos siempre responden a interés de grupos de presión que buscan manipular las disposiciones legales a su conveniencia, en detrimento directo del estado de legalidad.

Comparto en un cien por ciento la intención de implantar el imperio de la ley a quienes están queriendo manipularla aprovechando determinada posición pública con poder. Pero queda comprobado que la ley no se está aplicando a todos por igual.

En el actual proceso electoral hay personas que han violado las leyes vigentes en muchos aspectos y que no se les a aplicado las medidas correctivas necesarias, y en solo unos pocos casos se han dado "Castigos" que no son mas que remedo de llamados de atención.

Concretamente, hablo de aquellos que iniciaron campaña política con uno o dos años de anticipación a la convocatoria; también aquellos otros que valiéndose del cargo que ostentan y para el cual pretenden reelegirse, han utilizado los recursos públicos y obligado descaradamente a los empleados a trabajar tiempo extra (sin remuneración) para hacer propaganda a su favor, so pena de perder el empleo; están también aquellos otros que mediante presiones de cualquier tipo han obligado a las cortes de justicia a ordenar a la Contraloría a entregar los finiquitos "sin ninguna excusa ni pretexto".

Desde éste ángulo de vista, todo el proceso electoral ya está viciado, es ilegal, ya esta manipulado y retorcido por toda aquella gente que pretende llegar a los puestos públicos, disfrazados de candidez y honorabilidad.

Y si esta clase de personas es la que pretende dirigir los destinos de nuestro país y con esos ejemplos, que podemos esperar de las siguientes generaciones de políticos.

El pueblo, el electorado, el votante, sabe todo ésto y a pesar de eso no dice nada, claro hay muchas razones para ello (que por ahora no vamos a detallar) pero que bien se pueden resumir en esta frase "La apatía del Chapin". Que ojalá un día podamos dejar atrás y logremos un país que, en serio, pueda dar pasos hacia adelante y salir del subdesarrollo económico, político y especialmente mental que ahora tenemos los guatemaltecos.

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