viernes, 11 de marzo de 2011

La política, modus vivendi a costa de otros.

En todas partes del planeta hay políticos que viven y se superan económicamente y como por arte de magia, precisamente por aprovechar las oportunidades que les llegan o que deliberadamente buscan para mantenerse en una posición que seguramente el trabajo honrado no les permitiría.

Guatemala no es la excepción, a lo largo de mucho tiempo la política o mejor dicho la politiquería se ha convertido en el vehículo que lleva y trae gente a las esferas del poder gubernamental en sus distintas dependencias, permitiendo que se aprovechen de sus cargos para prosperar económica y socialmente conviertiendose de la noche a la mañana en gente con poder económico.

Es importante señalar también que los puestos que logran acaparar es mediante mentiras, promesas que no cumplen, calumnias, y todo tipo de argucias con las que logran hacer que los electores, esperanzados en un futuro mejor, les crean y voten por ellos. Durante los últimos tiempos se ha estado dando un fenómeno particular impulsado principalmente por aquellos que detentan el poder, quienes movidos por su ambición desean continuar en los cargos, esta nueva forma de convencimiento es el chantaje y que consiste en que durante los últimos meses de sus periodos otorgan beneficios parciales a los grupos de personas que les interesa creando interés en ellos, insinuándoles que podría perderse ese privilegio si el funcionario no continua en el cargo.

Es lamentable reconocer que los grupos con poder político acomodan y/o retuercen las leyes para su propio beneficio, olvidándose de aquellos que con el producto de su trabajo honrado y mediante el pago de sus impuestos, tasas y arbitrios; les están manteniendo su ascendente nivel de vida.

Este flagelo que tanto daño le hace al país se da dentro del gobierno desde sus mas altos representantes hasta los mas bajos, incluyendo las entidades autónomas y semiautónomas.      

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